El 2 de Diciembre de 1951, hace 55 años, muere Manuel Ugarte.
Luchador notable. Sintetizó uno de los rasgos esenciales de nuestras falencias: la falta de unidad Iberoamericana, unidad que fuera frustrada por las intrigas de las grandes potencias y la europeización de las clases dirigentes locales.La unificación de Latinoamérica, lograr definitivamente la Nación inconclusa, fue la gran bandera de Ugarte.
Ugarte fue un socialista criollo, sin la concepción europea de la cuestión social. Su prédica contenía un marcado antiimperialismo nacionalista e hispanismo intransigente impregnado de una conceptualización socialista profundamente humanizada.
Afirmaba en cada ocasión su condición de argentino, pero sobre todo de latinoamericano en esa pasión por recuperar la Patria Grande.
En 1923 decía en un artículo titulado “El nuevo nacionalismo”: “existen dos ideas muertas: el internacionalismo ciego y el nacionalismo cerrado”. Se pronunciaba por un nacionalismo democrático y por una democracia nacional como la única solución posible, justamente cuando en América algunos intelectuales propiciaban el advenimiento de “la hora de la espada”.
Y en 1940 señala que: “Lo peor del imperialismo Inglés así como del norteamericano no consiste en que se lleva lo más valioso de las riquezas del país sino en que arrasa los valores morales estableciendo una prima a la inferioridad y al renunciamiento de los hombres”.
No se mantuvo ajeno a las circunstancias políticas de nuestro país y señaló, en directa referencia al Gobierno del General Perón: “Los prisioneros del pasado que se resisten a admitir este momento nuevo, esta mentalidad diferente, este ideal de porvenir, no perturbarán la marcha de la nación hacia sus nuevos destinos. La revolución no ha sido de un hombre, ni de un grupo, ni de un momento político, ha sido fruto de una conmoción geológica, de un cambio de clima, y aunque las individualidades que gobiernan no llegaran a desaparecer, la revolución seguirá su marcha, superior a las contingencias, bajo la sombra tutelar y las inspiraciones del que supo dar forma a los hechos a los que la inmensa mayoría de los argentinos deseábamos y esperábamos desde hace largas décadas. Todos los presentimientos y las esperanzas dispersas de nuestra juventud, volcada un instante en el socialismo, han sido concretadas definitivamente en la carne viva del peronismo, que ha dado fuerza al argentinismo todavía inexpresado de la Nación. Ahora sabemos lo que somos y a dónde vamos. Tenemos nacionalidad, programa, derrotero”.
Para la década de 1950 su proyecto abarca la industrialización como el gran pivote del desarrollo, como asimismo la formación de un mercado interamericano. No elude afrontar el problema de la identidad nacional con su base aborigen y su inmigración europea.
Su mejor cualidad fue adaptarse a los tiempos sin perder su coherencia ideológica, pero sin temer a los rótulos que sus detractores le colocaron. Lo olvidó la historiografía oficial, justamente, por esclarecer la realidad.
A la luz de los tiempos que corren, las propuestas de Manuel Ugarte tienen plena vigencia.
Sostenía Manuel Ugarte que “en ninguna forma ni bajo ningún pretexto podemos aceptar la hipótesis de quedar en nuestros propios lares en calidad de raza sometida ¡Somos indios, somos españoles, somos latinos, somos negros, pero somos lo que somos y no queremos ser otra cosa!”.
Fue “un hombre de sueños”. Seamos herederos de su pensamiento.
Abracemos la Gran Causa Hispanoamericana. Hoy, en el continente, la coyuntura política lo hace posible.
Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, 2 de diciembre de 2006
Ver: "Manuel Ugarte, somos lo que somos"
http://www.elortiba.org/ugarte.html