Aguinis… ¡con Discépolo NO! ¡Es Nuestro!!!


Marcos, no te equivoqués más, que ya bastante equivocado estás… Enrique Santos Discépolo es un compañero, un compañero del alma. Un compañero peronista, un compañero del campo nacional, un compañero al que le dolía la “cicatriz ajena”; la cicatriz que quedó cuando gente como vos tajeó las ilusiones, los anhelos, del Pueblo argentino.

Aguinis, no podés, ni debés, usar a Enrique Santos y su “Cambalache” para denostar al actual gobierno, como lo hiciste en el Diario “La Nación” (13/09/2010) que el mitrismo nos legó.

No tenés derecho… Sobre Discépolo podemos hablar todos nosotros. Todos los que abrazamos la causa nacional; los que abrazamos la gran causa de la unidad de la Patria Grande.

Vos podés seguir con las diatribas (discursos violentos e injuriosos) como hacen tus colegas Morales Solá, Van der Kooy, Blanck, Escribano y tantos otros plumíferos cagatinta, pero apoyándote en enjundiosos pensadores pérfidos como Vargas Llosa (padre e hijo) o en otros escribas de la derecha neoliberal, pero jamás tomando nada de todo aquello que haya escrito o dicho Enrique Santos Discépolo.

Vos, Marcos Aguinis, sos para Discépolo el “Mordisquito” de estos tiempos. Sos el “contrera”, el “gorila”, el “rancio oligarca” defensor de intereses “non sanctos” como el espurio negociado de Papel Prensa de tus empleadores.

Vos, que estás al servicio de criminales de lesa humanidad, te crees que podés tergiversarlo todo. No te das cuenta que si Discépolo viviera estaría sentado en 678 o en otras radios y canales (que gracias a la Ley de Medios han comenzado a funcionar), mordiéndote; diciéndote “A mi no me duele que vos tengás más; me duele que los demás no tengan nada. ¿Te has olvidado que la vida de los otros vale tanto como la tuya?”… Decís que “este Gobierno ha desatado una tormenta de clases. ¡Qué error el tuyo! Lo que ha desatado este Gobierno no es una tormenta de clases, sino que ha desatado a un montón de clases que vivían en la tormenta, sin paraguas, sin comida, sin más sueños que los que dan el cansancio y la miseria. De gente como vos. Como vos, que sos capaz de llorar a gritos con una película de esclavos, y los has estado viendo morir de tristeza al lado tuyo durante tu vida…”. (Mordisquito, Audición XIX, 1951)

Marcos Aguinis… no te conozco (ni deseo conocerte) y mi tuteo no es amistoso, sino que proviene de la irrespetuosidad que me da el desprecio. El desprecio por vos y por todos los que son como vos. Los que creen con total impunidad que pueden robarse desde los sueños y las esperanzas de muchos hasta sus íconos más sagrados.

Dejá a Discépolo, no te concierne. Sos tan fatuo (necio, engreído y vanidoso) que no te diste cuenta que en el “cambalache” de la vida sos el “calefón”.

Ah… te aclaro que en resguardo de mi salud mental ni te leo ni leo el pasquín mal llamado “La Nación” (tendría que llamarse “la facción”), una amiga me lo envió y me causó tanta indignación que me obligó a contestarlo.

Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Provincia de Santa Fe
20 de Setiembre de 2010