EL PASADO LOS CONDENA

Por Osvaldo Vergara Bertiche
20 de Enero de 2010

La derecha restauradora ya no golpea las puertas de los cuarteles. Ahora es desestabilizadora como táctica de su estrategia golpista.

La desestabilización es la ruptura del equilibrio. Y el equilibrio deja de funcionar correctamente cuando existen interferencias.

El concepto ruptura del equilibrio tiene connotaciones funcionales que caracterizan a todo sistema social. Es una alteración en el paralelogramo de fuerzas.

En estos tiempos, los nostálgicos (aquellos que sienten que se puede volver al primer amor) de una Argentina oligárquica, liberal, neoliberal (definiciones de lo antinacional y antipopular) perturban el funcionamiento institucional con la perversa intención de producir el juicio político a nuestra Presidenta y destituirla para que asuma el vicepresidente Judas Iscariote Cobos. Esto explica por qué el traidor no ha renunciado hasta ahora.

Traidor porque ha renegado con dichos y acciones de un compromiso político asumido que lo obligaba a ser leal con el grupo de pertenencia que lo condujo al sitial que ha deshonrado.

Es el vicepresidente quien timonea la desestabilización como jefe ad hoc (locución que se refiere a un fin preciso) de la oposición y cuya primaria instancia táctica es producir el golpe. Golpe pretendidamente legitimado mediante retorcidos mecanismos constitucionales.

Golpe palaciego que trataría de mostrar un desplazamiento dentro del mismo gobierno, una suerte de continuidad, pero continuidad mentirosa ya que el objetivo central es producir un sustancial cambio de rumbo. Volver al pasado.

Banco Central, Hernán Pérez (es más chic ser Martín Redrado) y Reserva Federal son algunos de los elementos emergentes utilizados para lo que podría ser una comedia si no fuera una tragedia para el destino de la Nación y del Pueblo.

Es una oposición que tiene como objetivo central impedir el crecimiento económico, eliminar las conquistas alcanzadas, amnistiar a los genocidas y liquidar una política internacional contraria a los intereses imperiales.

En el primer escalón de la escalada tratan de lograr que la Argentina no sea conceptualizada en el plano internacional como uno de los países en condiciones de poder apaliar la crisis económica global.

El giro a la derecha en chile con el triunfo de Sebastián Piñera y la recomposición del Parlamento (una mayoría con más contradicciones que coincidencias) los ha envalentonado.

Si fuera cierto que el kichnerismo tan fácilmente sería derrotado en el 2011, no sería preciso tomar tantas medidas cautelares, ni anticiparse a los hechos.

El juego que mejor ha jugado Redrado para sazonar el escenario es el de hacer movimientos políticos para posicionarse dentro del arco opositor.

Tomó la iniciativa. Se ha negado a separar los fondos de las reservas del Banco Central, presentándose de esta forma, como el que no quiere pagar la deuda y por tanto es el único del gobierno que defiende aquello que es de todos los argentinos.

La idea es la de adquirir prestigio ante la sociedad y aliado con la oposición lograr que los Decretos de Necesidad y Urgencia pasen por el Congreso para analizar su legalidad, declararlos inconstitucionales y dejar expedito el camino al juicio político a la Presidenta.Al encontrarse el Congreso en receso (y acorde con la Ley, la única que puede llamar a sesiones extraordinarias es la Presidenta) el vicepresidente Cobos, llama a Reunión de Presidentes de bloques del senado con la intención de darle carácter de sesión extraordinaria.

Así este ladino personaje se posiciona como el conductor de la salida del conflicto en la orbita de las instituciones.

La oposición, unificada tras el síndrome Redrado, y la conducción del líder Cobos, ha permitido que estos dos siniestros personajes (y sin duda personeros de intereses espurios) capitalizaran el conflicto.

Pero es esa misma masa viscosa de opositores que al vislumbrar una posible fórmula 2011 Cobos-Redrado, le han ido quitando el apoyo al segundo de ellos y fogonean la Sesión Extraordinaria en el Congreso.

A Redrado le ha quedado la posibilidad de soñar con ser ministeriable si la derecha logra sus objetivos.

Hoy lo que está en juego no es sólo el “Fondo del Bicentenario”, sino que en el marco del Bicentenario la refundación de la Nación es primordial. De una Nación Justa, Libre y Soberana. No está en juego “modelos” sino la construcción de una Nueva Nación

Las fuerzas se han polarizado. De un lado aquellos que el pasado condena; los que hicieron posible 1930, 1955, 1966 y el genocidio de 1976; los que nunca renegaron de Martínez de Hoz, de Alsogaray, de Krieger Vasena, de Coll Benegas, de Alemann, de Sigaut, de Dagnino Pastore, de Cavallo y tantos otros cipayos; los que a pesar de tener un pasado de renunciamientos cobardes y escapes en helicópteros son los “eternos salvadores de la República”; los que por izquierda les hacen “el caldo gordo”; los que desde la Justicia fallan fallidamente por la antipatria; los que desde los medios median a favor de este sector retrógrado; los idiotas útiles de todo pelaje y los zonzos azonzados por otros zonzos que se denominan a sí mismo comunicadores. Todos juntos, amontonados.

Y del otro lado los que vemos en el actual gobierno (y su antecesor) la posibilidad de concretar un proyecto nacional y popular camino a la definitiva liberación.

El gobierno ha ido tomando medidas políticas que empezaron a encontrar resistencia.
Resistencia a babucha de la tan cacareada derrota electoral del 2009, que presumen ha conseguido debilitar al gobierno y que encuentra su correlato institucional en el Congreso.

La oposición trata de llevar el conflicto donde ellos creen que son más fuertes: el Congreso de la Nación y la Justicia.

El Pueblo Argentino debe llevar el conflicto al seno de la sociedad. A las Organizaciones Libres del Pueblo. A la calle.

La oposición que se opone al proyecto nacional de Nación es coherente. Siempre hicieron lo mismo. Fueron funcionales a los gobiernos de facto. Fueron desgobierno cada vez que les tocó gobernar. En el presente y en el futuro no pueden tener cabida. El pasado los condena.

COMO EN LOS VIEJOS TIEMPOS

Por Osvaldo Vergara Bertiche
9 de Enero de 2010
Como en aquellos tiempos de la Libertadora, de alias Fusiladora, de Aramburu y Rojas, hay que volver a la resistencia, a la auténtica Resistencia Peronista, hoy una ampliada Resistencia Popular con la inclusión de otros sectores del campo Nacional, pero Resistencia al fin.

Aquella, singular, heroica y combativa actitud de miles y miles de compañeros en todo el país que comenzó como un movimiento inorgánico, que llevó a cabo sus acciones en los mismos lugares de trabajo.

Consistieron en pequeñas maniobras individuales de sabotaje, o formas de protesta colectiva, como detener el trabajo por un par de minutos y ponerse a silbar la “marcha”.

Muchos de los integrantes de los grupos de resistencia comenzaron a formar comisiones internas dentro de las fábricas y otros en forma paralela forman grupos de choque que se dieron a conocer como “comandos” de la Resistencia.

Estos “comandos” llevaron a cabo acciones de protesta y reivindicación como volanteadas clandestinas o la detonación de artefactos explosivos de fabricación casera, bautizados popularmente como “caños”, caños peronistas.

Uno de los principales impulsores de los “comandos” de la resistencia, fue el abogado y ex diputado John William Cooke.

Rebelde y combativo, Cooke representa la opción más revolucionaria del peronismo. Por su carácter aguerrido e intransigente, y su aguda percepción política, Perón, desde su exilio en Venezuela, lo elige como su delegado personal, y lo distingue con el cargo de “jefe de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero”.

Para la misma época en que la Resistencia realiza sus primeras acciones de protesta, un grupo de militares leales a Perón planea un levantamiento armado contra el gobierno. La noche del 9 de junio de 1956, una sublevación militar, encabezada por el general de división Juan José Valle, intenta tomar la Escuela de Suboficiales de Campo de Mayo, la Escuela de Mecánica del Ejército de Buenos Aires, y el Regimiento número 7 de infantería de la ciudad de La Plata.

Al mismo tiempo, varios comandos civiles de la resistencia peronista inician acciones de apoyo en las ciudades de Avellaneda y Rosario, y en la provincia de La Pampa.

Llegada la medianoche, casi todos los focos de la rebelión son reprimidos. Salvo en el caso de La Plata, donde las fuerzas rebeldes, al mando de una división entera de tanques de guerra, se traban en combate hasta altas horas de la madrugada.

El 10 de junio, el gobierno militar de la Revolución Libertadora establece la ley marcial. En las siguientes 48 horas, se llevan a cabo fusilamientos en Lanús, La Plata, José León Suárez, Campo de Mayo, la Escuela de Mecánica del Ejército y la Penitenciaría Nacional. Para la medianoche del 11 de junio de 1956, la lista de ejecutados asciende a 16 militares y 13 civiles.

Con la intención de poner fin a las ejecuciones, la mañana del 12 de junio, el general Juan José Valle se entrega a las autoridades militares.

Esa noche, en el patio de la Penitenciaría Nacional, Valle es fusilado.

Pero la Resistencia no cesó, continuó de variopinta maneras hasta el regreso del General, aquel 17 de Noviembre de 1972, fecha que nos invita a brindar un especial reconocimiento a todos los militantes. Esos militantes, que lucharon con sincero entusiasmo, tenacidad y sacrificios, animados por un auténtico ideal.
Esos militantes, que supieron entregarse, enteramente, a una causa política, siendo víctimas de la intolerancia, las persecuciones, la cárcel, la muerte y la desaparición. Esos militantes que lo dieron todo.
Hoy, a más de cincuenta años, debemos volver a organizar la Resistencia. Esta vez no contra mandamás de un gobierno de facto, sino contra una oposición mediática, falaz, incompetente y destituyente.

Esta vez no con “caños” ni volanteadas clandestinas.

ESTA VEZ CON MOVILIZACIONES POPULARES.
ESTA VEZ CON EL PUEBLO EN LA CALLE.

El enemigo es el mismo de entonces.

En vez de aquellos integrantes de la Unión Democrática, cuya Junta de Coordinación Democrática estaba presidida por el radical Ricardo Garbellini, e integrada por Justiniano Allende Posse (Centro Argentino de Ingenieros), Germán López (Federación Universitaria Argentina), Bernardo Houssay (científico), José Santos Gollán (rector de la Universidad Nacional del Litoral), Alejandro Lastra, Joaquín de Anchorena (Sociedad Rural Argentina), Laureano Landaburu (PDN), Juan José Díaz Arana (Partido Demócrata Progresista), los radicales antipersonalistas José M. Cantilo y Diógenes Taboada, los socialistas Nicolás Repetto y Alfredo Palacios, el radical Gabriel Oddone, Carlos E. Díaz Cisneros y Gregorio Aráoz Alfaro, []y que el 19 de setiembre de 1945 hicieran su aparición pública con “Marcha de la Constitución y la Libertad” (en la que se entonaba “La Marsellesa”) y en la que cincuenta personajes encabezaban la marcha, entre ellos los radicales José P. Tamborini, Enrique Mosca, Ernesto Sammartino y Gabriel Oddone, el socialista Nicolás Repetto, los radicales antipersonalistas José M. Cantilo y Diógenes Taboada, el conservador (PDN) Laureano Landaburu, los demócratas cristianos Manuel Ordóñez y Rodolfo Martínez, el comunista Luis Reissig, el demócrata progresista Juan José Díaz Arana, y el rector de la UBA Horacio Rivarola

En vez de aquellos civiles de la Junta Consultiva creada el 28 de Octubre de 1955, representando a la Unión Cívica Radical:
Oscar Alende, Juan Gauna, Oscar López Serrot y Miguel Ángel Zavala Ortiz; al Partido Socialista: Américo Ghioldi, Alicia Moreau de Justo, Ramón Muñiz y Nicolás Repetto; al Partido Demócrata Nacional (conservador): José Aguirre Cámara, Rodolfo Coromina Segura, Adolfo Mugica y Reinaldo Pastor; al Partido Demócrata Progresista: Juan José Díaz Arana, Luciano Molinas, Julio Argentino Noble y Horacio Thedy; al Partido Demócrata Cristiano: Rodolfo Martínez y Manuel Ordoñez; y a la Unión Federal (nacionalista): Enrique Arrioti y Horacio Storni…

En vez de todos aquellos personeros de intereses antinacionales y antipopulares, y como las víboras solo paren viboritas, hoy se llaman Cobos, Macri, Carrió, Sanz, Morales, Solá, de Narvaez y tanto otros, todos rodeados de sus adlateres, acompañados de la impresentable Mesa de Enlace sojera y de sectores del capital concentrado y de funcionarios funcionales como el “rebelde sin causa” Martín Redrado y jueces de la justicia injusta de amparos dudosos y fallos sospechosos.

En vez de Braden… Arturo Valenzuela, funcionario jefe de la diplomacia para Latinoamérica del “carapalida” presidente estadounidense Barak Obama, que realizó una feroz embestida contra el gobierno argentino.

Como en los viejos tiempos, todos amontonados con un solo objetivo: impedir toda política destinada a resolver los problemas de los más necesitados, colocarnos de rodillas, acorralarnos con corralitos, frustrar nuestro crecimiento, liquidar nuestra manera de Ser comos somos; en definitiva someternos a los designios del imperio.

Como en los viejos tiempos, todos en plan de provocación y conspiración permanente contra el gobierno constitucional del peronismo (por más que les pese a algunos).

Como en los viejos tiempos urge la Resistencia a todos estos intentos.

La batalla por la Ley de Medios Audiovisuales se dio en las discusiones y en la calle.

De idéntica manera, debemos impedir las pretensiones del gorilismo profesional, centrando la lucha en el campo de las ideas y en las calles.

Como señala Jorge Giles en su artículo “¿Una rebelión “carapintada” en el Banco Central?”, pobre de nosotros si ganaran estos personajes.
Publicado en www.elortiba.org